Estamos en un mes de conmemoración, de
recuerdo y de compromiso, se cumplen 40 años del golpe de Estado y de la Huelga
General. En la edición especial de EL POPULAR del 28 de junio dejamos muy clara
nuestra visión de los motivos y de las razones del golpe, que no fue militar,
fue dado por el presidente electo por el Partido Colorado, Juan María
Bordaberry y respaldado por los sectores más reaccionarios de la oligarquía,
particularmente los vinculados al capital financiero y el latifundio, la
derecha política y por el imperialismo yanqui.
La
Huelga General. También hablamos de la trascendencia
histórica de la Huelga General, silenciada y olvidada por los grandes medios de
comunicación, hace 40 años con la excusa de la censura hoy con plena
intencionalidad ideológica y política. Esta operación olvido es parte de la
impunidad. Se trata de diluir responsabilidades, y también, de borrar el
protagonismo popular, de negar el papel de los trabajadores y el pueblo
organizado.
Esa operación olvido tiene múltiples
vertientes y se defiende con furia, con virulencia, hasta con rabia. Hay que
enfrentarla, denunciarla, y se hace diciendo la verdad, dando testimonio,
construyendo memoria.
La Huelga General (escribimos con mayúsculas
con toda la intención de hacerlo) es una
de las mayores epopeyas democráticas y libertarias de la historia nacional. Es un ejemplo casi único en el mundo de respuesta colectiva, popular y organizada a un golpe de Estado. La organizaron, la realizaron y la sostuvieron los trabajadores y los estudiantes y lo hicieron con sus herramientas de organización: la CNT, la FEUU y el ENE. Recibió una inmensa solidaridad popular. Políticamente solamente la respaldó la izquierda, en particular el casi recién nacido Frente Amplio.
de las mayores epopeyas democráticas y libertarias de la historia nacional. Es un ejemplo casi único en el mundo de respuesta colectiva, popular y organizada a un golpe de Estado. La organizaron, la realizaron y la sostuvieron los trabajadores y los estudiantes y lo hicieron con sus herramientas de organización: la CNT, la FEUU y el ENE. Recibió una inmensa solidaridad popular. Políticamente solamente la respaldó la izquierda, en particular el casi recién nacido Frente Amplio.
Miles de mujeres y hombres ocupando sus
lugares de trabajo y estudio durante 15 días defendiendo la libertad. Una
huelga general de carácter político, no reivindicativo. Hay muchos episodios
heroicos dignos de ser contados de esa epopeya democrática, que además fue
duramente reprimida, en el marco de la misma fueron asesinados dos estudiantes:
Ramón Peré y Walter Medina. Miles fueron presos. Miles fueron despedidos o
destituidos.
El 9 de
Julio. En ese conjunto de actos heroicos que
construyeron la resistencia popular al golpe de Estado con la Huelga General el
9 de julio tiene un lugar privilegiado. Ese día se convocó a una movilización
popular de repudio al golpe. La huelga es un recurso extremo, difícil de
organizar y de sostener, la convocatoria al 9 de julio tuvo la intención de
demostrar en la calle el rechazo al golpe y además de conjugar respaldos
sociales y políticos más amplios. A la manifestación convocaron la CNT, la
FEUU, el ENE, la Udelar, el Frente Amplio y algunos sectores del Partido Nacional.
Quedaron para la mejor historia la
convocatoria por la radio de Ruben Castillo leyendo el poema de Federico García
Lorca y repitiendo una y otra vez “a las cinco en punto de la tarde” y la
Patricia, en la tapa de EL POPULAR, con el monumento a la libertad de fondo.
A las cinco en punto de la tarde una multitud
inundó 18 de Julio y fue ferozmente reprimida. Ese día fueron detenidas las
principales figuras del Frente Amplio, Líber Seregni, Víctor Licandro, Carlos
Zufriategui. Ese día también, el odio fascista tenía otro blanco: EL POPULAR.
El
asalto a EL POPULAR. Luego de que los gases, los
carros lanza agua, los caballos, las balas de goma y los sables desalojaran a
la multitud de 18 de Julio, una horda fascista se encaminó hacia la redacción
de EL POPULAR que estaba en el Edificio Lapido, en 18 de Julio y Río Branco.
Una tanqueta del Ejército arrancó la puerta,
tiraron gases hacia adentro del edificio y entraron con máscaras anti gas y
fusiles de asalto a la redacción de un diario. No fueron solo militares, atrás
de los soldados entraron bandas fascistas de la JUP. Más de 120 hombres y
mujeres fueron golpeados, tirados al piso, bajados a culatazos y garrotazos
hasta la calle. Hubo heridos por golpes y por bayoneta. Más de 120 hombres y
mujeres fueron colocados de cara a la pared en pleno 18 de Julio, cubriendo una
cuadra, desde Río Branco hasta Andes, dejados de plantón durante horas y en
medio de un apagón sometidos a un simulacro de fusilamiento. Luego fueron
conducidos presos al Cilindro, que oficiaba como cárcel y a Jefatura.
No era casual esa saña y ese odio. EL POPULAR
fue el diario de la Huelga General, fue el diario de la resistencia, fue el
diario de la libertad. Sus trabajadores recorrieron las fábricas y facultades
ocupadas, se transformaron en un diario oral sin censura y llevaron
información, contribuyeron a la organización de la lucha y de la solidaridad.
En un editorial reciente, cuando celebramos
los 200 números de esta tercera etapa de EL POPULAR, definimos lo que significó
el diario que fue asaltado el 9 de julio de 1973, queremos reiterar algunos
conceptos.
“EL
POPULAR está estrechamente unido al Partido Comunista de Uruguay, es hijo de
una decisión política y responde al valor que hace 56 años se le otorgó a la
comunicación, al debate de ideas, a disputar también en la prensa la hegemonía
política e ideológica a la derecha.
Se editó
por primera vez como diario en 1957 y fue fruto de una de las decisiones
políticas claves del XVI Congreso del PCU. Pero sus raíces, obreras, de izquierda,
populares, combativas, van mucho más atrás y se funden en Justicia, el
histórico diario comunista que durante décadas acompañó las luchas de nuestro
pueblo.
EL
POPULAR, diario comunista, nació con vocación de masas, nació para abrir
caminos, nació unitario, nació internacionalista. Su nacimiento buscó
expresamente trascender las fronteras partidarias y aportar a la lucha de todo
el pueblo, a la unidad del movimiento sindical y de la izquierda, en ese
entonces sueños por conquistar. Nació como herramienta de lucha, de debate y de
unidad, sin renunciar un segundo a su identidad, pero sin concebirla como un
refugio sectario, abierto a la gente y al viento de la historia.
Desde el
comienzo se asumió como un instrumento político pero también periodístico, buscando
informar, investigar, hacer pensar y organizar. Dio un aporte sustancial al
proceso de unidad del movimiento obrero, de la izquierda, primero con el Frente
Izquierda de Liberación y luego con el Frente Amplio. Fue defensor de las
libertades y de la democracia.
Dos de
sus trabajadores son mártires de la lucha del pueblo uruguayo por la libertad:
Norma Cedrés, muerta en prisión y Juan Manuel Brieba, desaparecido.
A pesar
del terror fascista, el periodismo combativo de EL POPULAR encontró otros caminos
para expresarse en los subterráneos de la libertad. Carta y Liberarce, órganos
clandestinos del PCU y la UJC, lo continuaron”.
El diario EL POPULAR era todo eso y mucho más.
Fue el primer diario del Uruguay en tener un suplemento por día. Tenía una potente
y leída sección de deportes. Le dio un lugar privilegiado a la cultura y apostó
también al humor, con un ya legendario suplemento Misiadura, donde escribían y
dibujaban entre otros: Horacio Buscaglia, Juceca y Néstor Silva. Hizo
investigaciones periodísticas valientes y profundas sobre las maniobras de la
embajada de EEUU para dividir el movimiento sindical, sobre el espionaje de la
CIA en Uruguay, sobre los negociados en los frigoríficos y en los bancos.
Todo eso fue atacado por la furia fascista el
9 de julio de 1973. Por eso era tan importante estar el martes pasado junto a
los hombres y mujeres que construyeron ese formidable instrumento de
comunicación del pueblo. Y fue un gran acto pese a la lluvia y el frío. Y las
compañeras y compañeros del diario EL POPULAR recibieron el homenaje que se
merecen. Porque son un orgullo para la izquierda, para la democracia uruguaya y
para el periodismo nacional. Porque merecen que se les reconozca su lucha, su
dignidad, su compromiso democrático.
En este Uruguay de hoy donde la derecha quiere
instalar un presente perpetuo, sin futuro posible y con pasado difuso,
construir memoria y perspectiva histórica es revolucionario. No todo da lo
mismo, no todo fue igual. Baste comparar la trayectoria y la actitud de EL POPULAR
con la que asumió el diario El País. Mientras los trabajadores de EL POPULAR
eran encarcelados y reprimidos, el director de El País era designado
interventor de la Universidad y las páginas del diario caganchero rebosaban de
avisos y comunicados de la dictadura.
Para luchar en el presente y construir futuro
es imprescindible asumir el pasado. Lo dijimos y lo reiteramos: estamos
orgullosos de la actitud y el papel de EL POPULAR y de sus trabajadores durante
el golpe y durante la Huelga General, antes y después.
A 40 años, igual que lo hicimos el martes bajo
lluvia, vaya para ellos nuestro respeto, nuestra admiración, nuestro cariño y
nuestro compromiso de ser fieles a su ejemplo.